Desde hace 2 dias le estoy dando vueltas a ese horrible suceso, ese hecho deleznable que ha ocurrido en Cordoba.
Hace 13 años, yo tenia 23, corria el año 1996, casi la misma edad del imputado de más edad. Tenias mis preocupaciones, mis problemas,y ya tenia la vida en parte encaminada.
Trece años es el doble de los años que tiene ahora mi hija mayor.
Trece años que son diferentes de los trece años de hace trece años.
Es cierto que ahora, los jovenes tienen unos valores diferentes, y ciertamente no llego a establecer cuando se ha procucido ese cambio de valores, quienes han dejado esos valores en el camino, y han pretendido hacernos ver una serie de cosas como normales, cuando realmente no lo son.
El que los niños graben las palizas que le dan a sus compañeros, el que graben las gaberradas para luego poder ponerlas en Internet, el que se consuma droga de manera indiscriminada, sin darle importancia a este hecho.
Y tantas cosas más, no se que hare dentro de 6 años y medio, cuando mi hija tenga 13, a que problemas me enfrentare, y indudablemente no se que haria si me encontrara en las sutuacion de los padre de esa niña de Cordoba.
Entiendo que la educacion de nuestros hijos se compone de una base de buenas intenciones acompañadas de una firme voluntad de guiar a nuestros hijos por el mejor camino, no es facil, ya que creo ahora, esa base de buenas intenciones cada vez es mas fina, y la voluntad cada vez es menos firme, pero creo que debemos apoyarnos los unos en los otros para conseguir un futuro para nuestros hijos donde actos como los que se han publicado hace 2 dias.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Pero a esos niños alguien los educa, no?
Si hay alguien que los educa pero cada vez es más complicado controlar a lo que tienen acceso nuestro hijo. Una semana despues de lo que ha pasado en Cordoba, a vuelto a pasar algo parecido en Huelva, y otra vez en Cordoba. Es la impresion de impunidad lo que les ha llevado ha realizar una accion similar, que pensara un niño de 12 años si se da cuenta de que haga lo que haga no se le puede tocar.
Sucesos como los que describes le ponen a una los vellos e punta.
Está claro que no hay un único culpable, sino que todo esto es el resultado de un compendio de uchas cosas, pero aún así asusta la dirección que está tomando todo esto.
¿Seremos capaz de redirigirlo de nuevo?
Un saludo.
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